Mi Pyme

Cambió de folio y dejó la actuación para dedicarse al rubro gastronómico

Autor: Comerciante, publicado el

Álvaro Morales se aburrió de las teleseries y hoy destaca como un exitoso emprendedor en su quinta década de edad.

Álvaro Morales es uno de los galanes más apetecido y rostro recordado de muchas teleseries, sobre todo en TVN. Sin embargo, a fines de 2018, al cumplir 50 años de edad, el actor decidió dar un giro a su vida y dejó la actuación para dedicarse al rubro gastronómico.

La cocina siempre fue su pasión, pero nunca se había atrevido a dar el gran paso y atreverse al siempre difícil mundo de los emprendimientos.

Sin ofertas en televisión, Morales decidió emprender vendiendo pizzas en un local, junto a un socio, y también realizando diversos eventos gastronómicos.

Dicho emprendimiento tiene como nombre By Álvaro Morales, pyme que destacaba ya que el actor hacía pizzas a domicilios para que la gente pudiera ver cómo se preparaban y compartir al mismo tiempo con ellos. Además, el negocio también generó que hicieran talleres de pizza, eventos temáticos, música en vivo, tarot y también performance teatrales.

“No era solamente el taller para aprender, sino que había un contexto, que era el que me interesaba aportar a mí, que era la parte ‘actoral’. En ese tiempo mi casa se transformó en un centro de operaciones”, señaló en diálogo con La Tercera.

Sin embargo, la llegada del 2020 vino consigo una pandemia, dejando el proyecto congelado y a los socios tomando caminos distintos.

“Estuve parado como tres meses. Feliz. Fueron tres meses necesarios y vitales en mi vida, porque me había salido de la tele y además había muerto mi amigo con el que yo tenía inicialmente mi proyecto culinario, que era Alan Lethaby, el dueño del restaurant De Cangrejo a Conejo. Él era mi mejor amigo, se enfermó de cáncer y murió, entonces no se pudo armar con él”, relató.

Durante ese tiempo de cuarentenas, Morales analizó y pensó de qué manera enmendar el rumbo, hasta que recibió una llamada de otro amigo, Jaime Aravena, quien le ofreció su local de Papas fritas, ubicado en Ñuñoa, para que Morales pudiera vender ahí sus pizzas.

No era la idea que tenía, ya que no quería ofrecer sus productos detrás de un mesón, pero los tiempos no estaba para regodeos y se quedó más tarde en el local ubicado en pleno Barrio Lastarria, en Virginia Subercaseux 9.

“Nos matábamos, estábamos de lunes a lunes y funcionó. Nos empezó a ir cada vez mejor”, cuenta. Sin embargo, aunque la dedicación del actor con el local era gigante, no dejó de trabajar en su proyecto By Álvaro Morales y lo retomó con fuerza desde septiembre de 2021 hasta el día de hoy, donde se dedica 100% a su pyme y con mucho éxito.