Mi Pyme
El ingenio de Marco Santander salva vidas en la minería
Autor: Comerciante, publicado el
El dueño de Escapes Santander diseñó y desarrolló barras antivuelco para vehículos de trabajo.
En camino a cumplir 6 décadas de vida, Marco Santander se define como un emprendedor nato y hoy saca pecho porque con su empresa, Escapes Santander, busca convertirse en el líder nacional en equipamientos de seguridad para vehículos de trabajo.
Fundada en 1970, por su padre, la Pyme opera desde 1990 en Antofagasta y ofrece servicios técnicos e industriales a grandes y pequeñas empresas.
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Pero sin duda el gran orgullo de Marco Santander se relaciona con su trabajo de innovación y mejoramiento de los equipamientos de protección, ya que creó e implementó nuevas mejoras en diferentes dispositivos de seguridad para vehículos livianos y equipos motorizados de trabajo, especialmente mineros.
Salva vida
De esta forma, el emprendedor diseñó y desarrolló tres elementos que cuentan con sus respectivas patentes en el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INAPI): Una barra protectora antivuelco para camionetas, otra para minibuses, y una estructura protectora para la ventana posterior de la cabina de camionetas.
Según explica, su creación ha ayudado a disminuir los accidentes fatales en las operaciones de la gran minería. “Reducir una fatalidad trae innegables beneficios, no solo porque se salva una vida y se evitan sanciones por parte de las certificadoras internacionales, sino también porque una fatalidad obliga a detener la producción en faena y eso significa pérdidas millonarias para la compañía minera”, destaca Santander.
Marco asume que el producto que elabora es bastante específico y con un mercado limitado, “pero cuando la minería vuelva a sus niveles de operaciones normales, llegarán solos los clientes”, sostiene.
Duro presente
Por otra parte, no oculta que la situación actual es estresante por la disminución del trabajo. “Se mantiene stock de productos sin vender, se puede caer en la insolvencia y hasta hay que reducir el número de trabajadores”, resume.
Ante esta dura realidad, el emprendedor asevera que no le quedó otra que reinventarse “con productos que utilizan la misma materia prima y que puedan ser requeridos por clientes vinculados principalmente al rubro de la construcción”.
“También estamos estudiando la posibilidad de emigrar a otros servicios propios de una maestranza, lo que sin duda va a significar una reducción de nuestra empresa en un 50 %”, dice sobre lo que se viene.