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Escuela para emprendedores: Cultura empresarial, gestión del riesgo y cumplimiento normativo

Autor: Comerciante, publicado el

En el panorama empresarial de las pequeñas y medianas empresas (PYMES), la fortaleza de la cultura corporativa, la gestión del riesgo y el cumplimiento normativo son elementos cruciales que no solo delinean su identidad, sino que también moldean su futuro y su viabilidad en el mercado.

La cultura empresarial, entre otras cosas, tiene como característica el entender muy bien la importancia de las personas que construyen cada uno de los procesos que originan la transformación desde insumos en productos o desde insumos en servicios, si se prefiere. “A ese conjunto de elementos que nos ayudan a hacer en la práctica lo que en la teoría se espera que seamos, lo llamamos cultura organizacional. Y una cultura eficiente es aquella que nos va a permitir no desperdiciar procesos, no desperdiciar recursos en cosas que no contribuyen al objetivo que está buscando la organización”, dice el economista Héctor Osorio, de la consultora PKFChile.cl

La cultura empresarial es el alma de una PYME, reflejando sus valores, creencias y comportamientos compartidos. “Una cultura arraigada en la ética y la integridad sirve como un escudo contra la tentación de actos delictivos. Los líderes deben cultivar un ambiente donde la honestidad, la transparencia y el respeto sean la norma, promoviendo así una fuerza laboral comprometida y ética que actúe como la primera línea de defensa contra la conducta ilegal”, explica el experto en la materia Jaime Sepúlveda, CEO de Skualo.cl

Por otro lado, la gestión proactiva del riesgo es esencial para identificar, evaluar y mitigar las amenazas potenciales que podrían desencadenar actividades delictivas. Las PYMES deben adoptar un enfoque holístico para gestionar los riesgos, abordando tanto los factores internos como externos que podrían comprometer su integridad. La anticipación y la respuesta ágil a los riesgos emergentes son clave para proteger los activos y la reputación de la empresa.

“Para fortalecer estos pilares en su funcionamiento diario, las empresas pueden implementar diversas estrategias efectivas. Por ejemplo, en términos de cultura empresarial, fomentar una ética de integridad y transparencia desde la alta dirección hasta el nivel operativo puede crear un ambiente donde la conducta ética sea valorada y recompensada”, agrega Juan José de la Torre, CEO de Raven.

En cuanto al cumplimiento normativo, las PYMES deben navegar por un complejo entramado de regulaciones legales y financieras. El diseño e implementación de políticas de cumplimiento robustas no solo garantizan el respeto a las leyes y normativas aplicables, sino que también ayudan a prevenir posibles delitos que podrían derivar en responsabilidades penales. Mantenerse al día con los requisitos legales y regulatorios relevantes es crucial, ya que el incumplimiento podría exponer a la empresa y a sus directivos a sanciones severas y pérdida de confianza por parte de los stakeholders.

Dificultades

“Quizás las principales dificultades creo que son la falta de recursos, lo complejo y variado de la regulación, la resistencia al cambio, la falta de tecnología adecuada, la escasez de capacitación y experiencia en estos temas. Para superar deben invertir en recursos, capacitar a su personal, buscar asesoramiento y promover una cultura empresarial basada en la ética y la integridad, cada día más importante sobre todo con la nueva normativa de delitos económicos”, explica Javier Poblete de Guou Finance.

La evaluación de la cultura empresarial, la gestión del riesgo y el cumplimiento normativo son pilares fundamentales para la prevención de delitos en las PYMES. Al priorizar estos aspectos, las PYMES pueden proteger su integridad, salvaguardar su reputación y asegurar su continuidad en un entorno empresarial dinámico y desafiante. “En última instancia, el compromiso con la ética, la diligencia en la gestión del riesgo y el apego a las normativas legales y financieras no solo fortalecen el tejido empresarial, sino que también promueven un ecosistema empresarial más justo, transparente y sostenible para todos los actores involucrados”, finaliza Sepúlveda.