Mi Pyme
Food Truck El Salsero sacia el hambre tras el carrete en Bellavista
Autor: Comerciante, publicado el
Miguel Azócar le echó el ojo al tema cuando trabajaba como taxista y veía el movimiento en la calle Pío Nono.
Hasta sexto básico alcanzó a estudiar formalmente Miguel Azócar, quien desde muy joven debió ganarse la vida. Separado y con cuatro hijos, tuvo numerosos trabajos, pero fue cuando laburaba como taxista que se percató que ese sector de la calle Pío Nono, en la entrada al carrete del barrio Bellavista, era muy concurrido y otros carros aprovechaban para hacer su negocio.
“Ahí me entraron las ganas de probar suerte con un carro de completos, porque ya tenía algo de experiencia con un almacén y siempre me ha gustado la atención al publico. Y el año 2010 me encontré con un amigo, que me habló de la posibilidad de comprar un carro de completos”, recuerda el dueño del food truck El Salsero.
Recomendamos
Luego de hacer todos los trámites necesarios, se instaló primero en la feria artesanal de Pío Nono con Bellavista con un carro pequeño y, ante la dura competencia, comprendió que debía diferenciarse del resto. “Así que empecé a hacer distintos tipos de salsas y mayonesas para acompañar los completos”, recuerda.
Luego de la presión de la feria los obligó a moverse y hace más de cinco años él se instaló con su food truck en Pío Nono esquina Dardignac, donde hoy ofrece sus especialidades: las salsas de diversos sabores preparadas con mayonesa casera y huevos pasteurizados.
Los más pedidos
“Nuestros productos más solicitados son el completo y el italiano, pero también tienen buena salida los churrascos, los choripanes y las hamburguesas”, detalla Miguel.
Con honestidad asume que hay algunos temas complejos cuando se emprende con el food truck, como lo es “no tener un lugar físico fijo, sino que hay que llevárselo y traerlo cada vez. Hay que preocuparse de que el contenedor tenga agua, de hacerle el mantenimiento y la limpieza. Hay que revisar que la parte eléctrica funcione bien, que las ruedas tengan aire suficiente, además del vehículo necesario para trasladarlo”.
Por su ubicación, el estallido social de octubre del 2019 impactó de lleno a El Salsero. “No podíamos trabajar por las protestas y las bombas lacrimógenas. Y la cosa se fue poniendo peor, porque no abrían las discotecas y los restaurantes. Así que en un momento tuve que cerrar, y después se sumó la pandemia y no había gente en las calles”, cuenta, y se emociona cuando se acuerda de los 10 días que pasó entubado tras contagiarse con el Covid-19.
“Del hospital salí sin un peso y tuve que replantearme ver qué hacía. Y partí instalando un local e comida en la casa con los trabajadores que tenía antes en el food truck, haciendo delivery, además de recibir pedidos de vecinos que organizaban ollas comunes en mi sector. Y gracias a eso pude retomar el tema del food truck en Pío Nono”, relata.
También admite que aunque pensó en usar las redes sociales para promover su food truck, e incluso creó un Facebook y un Instagram del El Salsero, relata que aún no se lleva bien con la digitalización.
“Lo mío no es la tecnología, así que al final no me metí en el tema y lo dejé para retomarlo en el futuro. Además no lo necesité después porque se empezó a reactivar el sector, abrieron los locales y la gente volvió a Bellavista”, finaliza.