Mi Pyme

Artesana Mapuche Huilliche teje su historia y traspasa cultura

Autor: Comerciante, publicado el

Paulina Chiscao es una artesana que recogió la memoria de su familia y también de la historia precolombina. Hoy vive de sus artesanías y además participa de las capacitaciones de Prodemu e incluso aporta con material didáctico para el taller de autocuidado en Chiloé.

La memoria es clave para la preservación del patrimonio cultural, eso es lo que rescata Paulina Chiscao, participante de Prodemu en Quellón, Chiloé. Es tejedora por herencia “me crié con mi abuelita materna Elda Antillanca, desde los 3 meses, cerca de Lago Ranco, con ella aprendí a tejer. Soy de descendencia Mapuche Huilliche”, cuenta.

La cotidianeidad y el frío del campo hizo que Paulina a corta edad ya hilara en huso. “Hacía mis bolsitos para ir al colegio, ahí me enseñaron a hacer las medias tradicionales, porque me encantaba andar en el campo con botas y las calcetas no duraban para nada. Generalmente toda la ropa que usábamos era de lana, por lo mismo yo me la hacía”, recuerda.

Al rescate de una técnica

Cuando Paulina tenía 18 años, una diseñadora la invitó a visitar el Museo de Arte Precolombino, “ahí se exhibían unas piezas que encontraron en el Altiplano, restos de un bolso y un gorro. La idea era replicarlas, ella tenía lo teórico y yo lo práctico. Ahí pudimos combinar y lo hicimos en bufandas y chales, lo que trabajo hasta el día de hoy”, señala.

¿Qué tiene de particular esa técnica?

Es una técnica que se urde en el telar tradicional y se va cruzando hebra por hebra, esto no lleva trama ni tampoco lleva uniones, es una sola pieza. Capacité a 15 mujeres de Quellón de forma gratuita, pero ninguna sigue la técnica, porque es muy difícil. Si te equivocas en una hebra, queda mal tejido y hay que desarmar todo. Además conlleva que en ningún momento pueden sentarse para realizar ese tipo de trabajo.

¿Cuál ha sido su cercanía con Prodemu?

El 2015 ingresé a Prodemu en Quellón, en ese tiempo había una postulación de “Mejorando mi Negocio”, siempre lo recuerdo porque me ayudó a ver mi negocio de otra manera. Me abrió un montón de oportunidades inclusive cuando fui a un taller a Puerto Montt, fui seleccionada para un proyecto a nivel regional que se llamaba “Artesanía de Exportación Región de Los Lagos” y el 2017 viajé a Estados Unidos con mi trabajo.

¿Sólo tomó ese taller en Prodemu?

He tomado talleres de sexualidad, ahora hace poco he estado trabajando con ese taller, he ido a talleres participativos, he hecho artesanías como material didáctico para que las chiquillas y monitoras trabajen en los talleres. He hecho mamas tejidas a crochet para cuando les enseñan a tocarse de manera preventiva y vaginas de fieltro para enseñar a introducir las copitas menstruales.

¡¿Qué lindo e importante lo que puede aportar tu trabajo?!

Sí. También he trabajado con Prodemu para ayudar a mis compañeras en temas de violencia, en la dinámica familiar también y sobre todo apoyando a mis amigas, colegas, vecinas, que tienen problemas de violencia intrafamiliar, yo les digo vayan a las oficinas, ahí las ayudan, invitarlas a que participen en los programas, los de empoderamiento. Les comento que ahí conocí la palabra sororidad, esa definición la conocí en Prodemu, entender un poco más a las compañeras eso a una las hace ayudarlas, guiarlas cuando tienen problemas y ánimo bajo, nos sirve para poder ayudar, eso es lindo de Prodemu, poder tejer redes, tener más contacto con las chicas, entenderlas, guiarlas.