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Precios de los fertilizantes agrícolas se triplican y amenazan el precio final de los alimentos

Autor: Pavel Burton, publicado el

En este escenario, las alternativas a los productos tradicionales que devuelven los nutrientes a la tierra, y que son principalmente exportados por Rusia, están tomando protagonismo.

Sin duda, la ofensiva militar de Rusia en Ucrania ha estado al centro del debate en estos días. A las terribles consecuencias humanitarias, con más de 500 mil personas refugiadas, casi un centenar de civiles fallecidos y heridos, se suman los efectos en la economía global que ya comienzan a hacerse notar con mercados financieros desestabilizados y un sector evidentemente afectado: la agricultura.

Los fertilizantes, que permiten contar con cultivos que tengan los nutrientes necesarios para cosechas productivas, están registrando una escasez sin precedentes, lo que deriva en un aumento de sus precios en torno al 180%. Esto, dado que Rusia es el productor mundial más relevante de los principales fertilizantes y hoy la tensión en la región, así como las sanciones a ese país, están perjudicando los flujos comerciales.

Frente a esto, y a fin de evitar un incremento drástico en el precio final de los alimentos, las innovaciones que permitan tener una alternativa al uso de fertilizantes tradicionales están cobrando protagonismo. En este contexto, la empresa chilena Tequia, creadora de un catalizador capaz de desarrollar fertilizantes para suelos agrícolas a partir de cualquier desecho orgánico, ha visto cómo aumenta la demanda por esta solución denominada TCAS – CATA. “Ya en 2021, a raíz de la pandemia y temas logísticos, los precios de los fertilizantes se habían triplicado, situación que se agudizó con el conflicto en Europa. Es importante generar alternativas que corten la dependencia de los insumos que llegan desde esa zona, para seguir asegurando la producción de alimentos sin perjudicar al consumidor final”, indicó Iván Vega, CEO de TEQUIA.

La innovadora apuesta de la compañía radicada en el sur del país permite acelerar los procesos naturales de transformación de la materia orgánica en nutrientes que potencien los suelos. En concreto, un período de transformación que usualmente toma 4 meses se reduce a menos de 1 hora. “Hoy contamos con una respuesta a una tremenda necesidad que es dejar de depender de importaciones de altísimo costo, por todos los problemas asociados al conflicto y la mayor demanda interna de los países productores. Podemos desarrollar fertilizantes a partir de cualquier desecho de la industria, incluso molienda de pescado, cambiando el rumbo de estos desechos y entregando una buena solución que trascienda a la contingencia”, enfatizó Vega.

El TCAS CATA, que ya es utilizado en Chile, estaba hace meses en vías de ser comercializado en Australia y varias naciones europeas, proceso que se ha acelerado en los últimos días a partir de la invasión rusa a Ucrania.