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¿Camión, furgón o moto?: Cuál es la mejor opción según el negocio o la pyme

Autor: Comerciante, publicado el

La idea es saber qué características determinan cuál es el vehículo de trabajo óptimo para comprar.

Factores tan elementales como si se trata de una empresa que presta servicios o una que fabrica productos, entran a jugar una papel decisivo al determinar cuál es el mejor vehículo de trabajo que debe comprar un comerciante.

“Si se trata de un fabricante, se deben considerar cualidades como las dimensiones de los productos, condiciones de almacenaje, duración, fragilidad de estos, entre otras”, explica Luis González.

“Además, es relevante tomar en cuenta cuáles vehículos están permitidos por el SII como gasto. De esta manera pueden ser parte de la declaración de renta como un egreso de la operación de la empresa”, complementa el académico Escuela de Economía y Negocios de la Universidad Central..

Básicamente en aquellas donde el delivery sea parte importante de la operación de esta. Es relevante considerar que estos vehículos pueden llevar cantidades pequeñas de productos y más bien de tamaño pequeño.

“Ahora bien, si además este proceso de entrega de productos requiere rapidez, por lejos el mejor transporte es la motocicleta”, añade González.

El furgón es muy versátil. Tiene diferentes usos como son el delivery, entregas de productos terminados, compra de materias primas o traslados de equipos.

Oferta muy variada

El académico precisa también que “adicionalmente, existe una oferta muy variada de vehículos, de distintos precios y capacidades. Es por lo mismo que todos los negocios que consideren la fabricación de productos, ya sean estos gastronómicos, manufactura metálica y no metálica. O inclusive prestadores de servicios, como son las empresas se aseo, control de plagas, fabricación de estructuras, contratistas, entre otros, son potenciales compradores de este tipo de transporte.

Desde luego, pueden ser muy útiles en el caso de contar con ejercicios de compra de materias primas en grandes cantidades. O cuando tienen distribución de productos a otras regiones. En algunas ocasiones los costos de contratación externa del servicio de logística y distribución puede ser más caro que pagar la cuota del leasing o de crédito automotriz de un camión o camioneta. Es ese caso, la compra debe ser una real opción.

Lo primero es saber las características del vehículo, como es la capacidad de carga, las condiciones de la cabina del conductor, la caja de carga, si necesita un equipo de frio, etc. Ya con esto tendremos claro las dimensiones del vehículo, y por ende su valor comercial. Así podremos definir si compramos un vehículo usado o nuevo.

Además recuerda que “es importante señalar que comprar uno nuevo nos permite reconocerlo como un gasto de la empresa frente al SII y, de esta forma, ajustar la base imponible para el pago del impuesto a la renta. El sistema de leasing (arriendo con opción a compra), permite al empresario distribuir el gasto en el tiempo y obtener un beneficio tributario por la compra”.

“Finalmente, al comprar un vehículo con crédito, es importante considerar el costo del crédito (tasa de interés), el plazo, el monto del pie (crédito) o el llamado cuotón final (leasing). Este debe estar ajustado a la liquidez de la empresa, evitando así el sobrendeudamiento de ésta”, concluye.