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La verdadera historia de la once en nuestro país
Autor: Comerciante, publicado el
El origen del nombre para denominar la merienda de media tarde se remonta a la época de la colonia.
En la época colonial comenzó la costumbre de los chilenos de llamar once a la merienda que realizamos a media tarde, entre el almuerzo y la cena.
Así al menos lo sostiene la teoría más respaldada por los historiadores, según la cual todo ocurrió en la época en que el país era aún un virreinato de España.
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En esos tiempos el consumo de alcohol a esa hora del día era una costumbre entre los varones, pero mal visto por sus esposas, por lo que para evitar referirse al aguardiente, lo llamaban once, por el número de letras de la palabra.
“Luego se convirtió en una comida que existe solo en nuestro país”, revela el chef Joel Solorza.
Qué incluye hoy
El director de la Escuela de Gastronomía de la Universidad de Las Américas plantea que esa merienda se caracteriza por incluir una bebida caliente (té, café o mate, por ejemplo) y algún producto comestible.
En este último punto Solorza precisa que de acuerdo al gusto del comensal, dicho alimento puede ser dulce y estar integrado por galletas, alfajores, calzones rotos y pan con mermelada; o puede ser salado es incluir jamón, queso, mantequilla y huevos, por ejemplo.
Y aunque en la actualidad el té es la bebida caliente más consumida en el planeta, y Chile no es la excepción, lo cierto es que cuando se creó la palabra once, a esa hora lo que más se bebía en los hogares era mate. Y esta tendencia duró hasta hace casi un siglo, bien entrado el siglo XX.
“Hoy la once en muchos sectores es la última comida del día. Por ello, junto al té o café, se incluyen platos livianos compuestos por una proteína y vegetales en ensalada”, concluye el académico de la UDLA.