Historias de Pandemia
Se reinventó con la pandemia y cambió las botellas por las verduras
Autor: Comerciante, publicado el
Jorge Eguiguren se vio perjudicado por el confinamiento, tuvo que cerrar su local, pero no bajó los brazos y volvió a emprender en un nuevo rubro.
La llegada de la pandemia a Chile fue un mazazo para Jorge Eguiguren, quien fuera dueño de la clásica botillería “El Tiempo en la Botella”, ubicada en la comuna de Ñuñoa y que se nombrara así en honor al cantante norteamericano Jim Croce, Inaugurada en 1994, el recinto se mantuvo por 26 años siendo fuente de abastecimiento para miles de jóvenes del barrio universitario que se acercaban al local de avenida José Pedro Alessandri 1050 para saciar la sed.
Pese a su excelente ubicación, el confinamiento de marzo provocó que Jorge tuviera que cerrar la botillería y, en consecuencia, recurrir a un nuevo rubro para poder subsistir. “Cuando vino la pandemia me vi en la obligación de poder cambiar de rubro para poder seguir generando ingresos, mantener los empleos de mi gente y como tenía otra patente de almacén, me dediqué a vender frutas y verduras”, afirma Jorge.
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Y es que experiencia ya tenía. Su esposa trabaja en un almacén a 12 cuadras de allí y juntos se levantan a las 4 de la madrugada para comprar los productos. Ahora, para abastecer ambos negocios.
Entre las cosas positivas del nuevo rubro, Eguiguren afirma que ahora tiene más tiempo con la familia al llegar más temprano a la casa y no dedicar toda la noche al trabajo. “Abro a las 10 de la mañana y estoy cerrando entre 8 y 9 de la noche. Además, ahora trabajo con mis hijos, por ende ahora los veo más que antes”, cuenta.
A su vez, reconoce que ahora el nuevo negocio cambió el ambiente del vecindario y se siente con mayor libertad en el trabajo como comerciante. “He notado un cambio de energía del local. Ahora a los vecinos los veo más contentos. Antes no pasaba tanto eso, y tampoco tengo a la autoridad detrás buscando un motivo para partearme”, señala.
Pese a esa mirada positiva, Jorge Eguiguren aún recuerda con nostalgia su clásica botillería. “Hay sentimientos encontrados en ese aspecto porque le dediqué 26 años de mi vida a la botillería, pero como buen emprendedor, la contingencia te obliga a reinventarte y a criar un nuevo hijo como es este nuevo local”, llamado Emporio Acacia Primaveral.
Siempre positivo
Y esa nostalgia también va de la mano con una baja de los ingresos. Y es que no es lo mismo administrar una botillería en ese sector que una verdurería. Pero Jorge no se hace drama y busca seguir perseverando y creciendo en su nueva actividad.
“No es lo mismo obviamente, pero una persona que está acostumbrado a trabajar, que te quiten tu fuente de trabajo es lo que más me puede abatir. Hoy sigo trabajando, perseverando, no gano las lucas que ganaba antes, pero cuento con el apoyo familiar y eso es lo importante”, reconoce.
Y es que ese positivismo es lo que ha hecho crecer como comerciante a cada trabajador del rubro. Y Jorge Eguiguren tiene eso de sobra. Pese a la amenaza de una segunda ola de Covid, se supo reinventar y ahora lo ve como algo que podría generarle mayores ganancias.
“Soy optimista de que vaya a mejorar. Cuando yo empecé la gente necesitaba este rubro, Justamente en la cuarentena cuando el delivery explota. De hecho no he parado de hacer delivery. Si llega a haber una cuarentena, el negocio podría mejorar”, finaliza optimista.