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El boom de los frutos secos y la importancia de incluirlos en la dieta
Autor: Comerciante, publicado el
Su ingestión moderada como aperitivo o postre no produce un aumento de peso corporal, según confirma un estudio.
Los frutos secos son ricos en ácidos grasos insaturados y, a su vez, en vitamina E, fibra y arginina, lo que los hace unos alimentos muy saludables para el sistema cardiovascular.
“Además, un estudio reciente demuestra que, a pesar de su aporte energético, la ingestión moderada de frutos secos como aperitivo o postre no produce un aumento de peso corporal”, destaca la ingeniero en alimentos Claudia Narbona.
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Según precisa la académica de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad Central, “las frutas se dividen en dos clasificaciones. La primera más simple, que divide las frutas carnosas, que son aquellas que contienen más de un 50% de su volumen en agua, y frutos secos, aquellos cuyo contenido acuoso es inferior al 50%”.
Puntualiza que “los frutos secos en si se clasifican en dehiscentes (se abren en forma espontánea para liberar sus semillas) e indehiscentes (no se abren solos y requieren ser abrirtos).
Claudia Narbona revela que los frutos secos “son una magnífica fuente de hidratos de carbono, por lo que aportan mucha energía. Hay que tener en cuenta que son muy ‘calóricos’, así que tampoco se pueden comer en exceso. Se recomienda 1 ración de unos 20-30 gramos”.
“Si practicamos deportes, nos ayudan con su aporte de vitamina E, vitaminas del grupo B, omega-3, fósforo, selenio, magnesio, cobre, hierro”, apunta, y añade que “también contienen fitoesteroles y otros componentes fitoquímicos”.
La docente de la UCEN sostiene que cada fruto seco aporta distintas propiedades nutricionales.
“Las avellanas son, por méritos propios, uno de los frutos secos más populares. Y es que de hecho se trata de una de las mejores fuentes de calcio de origen vegetal en la naturaleza, un mineral muy importante no solo para los huesos, sino también para el sistema endocrino, sanguíneo, cardiovascular, muscular e incluso nervioso”, indica en primer lugar.
Luego sostiene que “el maní es otro de los frutos secos por excelencia, aunque en realidad estamos ante una legumbre. Son especialmente rico en proteínas, ácidos grasos insaturados, fibra, vitaminas del grupo B y azúcares”.
“Las almendras son, junto a las avellanas, una de las mejores fuentes de calcio de la naturaleza. Son una muy buena fuente de grasas saludables y de energía. Y los pistachos son unos frutos secos que aportan más cantidad de grasas saludables y de calcio (aporta más que la propia leche)”, informa la ingeniero en alimentos.
Almacenamiento
La académica revela que los frutos secos son productos delicados y necesitan mucho cuidado a la hora de conservarlos y almacenarlos.
“En términos generales, los frutos secos duran entre 9 y 12 meses, siempre que se conserven en buen estado. Para ello es recomendable almacenar los frutos secos en potes herméticos, de forma que eviten que el aire se filtre al interior del envase”, aconseja.
También se deberá evitar exponer los frutos secos a la luz directa del sol, por lo que, en verano, guardarlos en el refrigerador es una forma segura de aumentar su vida útil.
“El tiempo de conservación de los frutos secos depende en gran medida de la temperatura y humedad a la que estén expuestos. Así, cuando los frutos secos se encuentran expuestos a las altas temperaturas, más riesgo existe que la calidad de los frutos secos se vea reducida”, alerta la docente.
En ese sentido, apunta que los principales problemas son:
- Oxidación y rancidez: El aceite de los frutos secos acelera ese proceso, que, aunque este problema no provoca daños, se comprobará que el sabor de estos es desagradable.
- Oscurecimiento: Esto tiene que ver más con la temperatura de secado inicial y las condiciones de almacenamiento.
- Moho: Esta capa proviene de la humedad y temperatura de los frutos secos.
“Dicho lo anterior, es importante conservar los frutos secos a una temperatura fresca, siendo ésta de entre los 4°C y 21°C”, puntualiza Claudia Narbona.
Los más vendidos
Respecto de los frutos secos que tienen mayor demanda y que debería vender el almacén de la esquina, la académica plantea que “dedntro de los más consumidos por los chilenos, tenemos el maní, las nueces, las almendras, las castañas de cajú, los pistachos y las avellanas”.
“Si pensamos desde el punto de vista nutricional, lo ideal sería que los almacenes ofrecieran estos frutos secos sin procesar, sin sal, sin coberturas de azúcar o fritos. Ojalá lo más natural posible”, recalca.
Por último, Claudia Narbona sostiene que “desde el punto de vista del gusto de las personas, deberíamos encontrar maní (natural, salado, tostado o confitado). Los mix de frutos secos combinados con pasas y almendras, con coco deshidratado, berries, Castañas de cajú, con y sin sal”.