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Por qué el chileno es tan bueno para el pan y cuáles son los más consumidos

Autor: Comerciante, publicado el

Por tradición siempre se ha consumido pan al desayuno, almuerzo, once y comida. E incluso en las colaciones.

Decir que los chilenos somos buenos para el pan es quedarse corto. Claro, porque en realidad somos tan buenos, que Chile ocupa el segundo lugar entre aquellos que más lo consumen a nivel mundial.

Alemania y Turquía encabezan la lista, con un promedio de 104 kilos de pan por persona al año en cada país. En Chile llegamos a los 96, superando a Bulgaria, que tiene un promedio de 95 kilos de pan consumido en promedio por cada habitante al año.

Nuestro vecino, Argentina, sólo promedia 76 kilos anuales por persona.

Entonces, ¿por qué los chilenos somos tan buenos para el pan?

Una parte de la explicación tiene que ver con lo bien que se dio el cultivo de trigo en el país, lo que hizo que formara parte esencial de la dieta nacional. Se trataba de un alimento fácil de sembrar, moler y hacer pan.

“El alto consumo de pan está asociado a tradiciones familiares, donde siempre se ha consumido pan al desayuno, almuerzo, once y comida. E incluso en las colaciones”, explica la docente de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad Central, Claudia Narbona.

No hay un lugar en Chile donde no se elabore o venda pan. Y como se trata de un alimento de fácil acceso y a un precio conveniente, forma parte de la dieta en todos los hogares. En niveles socioeconómicos más bajos, además, es una parte esencial de la alimentación diaria.

Los 5 tipos de panes más consumidos

El alto consumo de pan en el país explica también la amplia variedad de panes en la oferta tanto en almacenes como en supermercados.

“En Chile, la marraqueta es y será la reina en el pan, con un 75 % de consumo sobre cualquier otro tipo de pan”, revela la académica.

Más atrás vienen la hallulla, el pan amasado, el pan de molde y el pan integral. A ellos se han sumado en los últimos años el pan pita y el pan de masa madre.

“Los panes batidos, que incluyen marraqueta, baguette, ciabbata, molde y masa madre, y que son elaborados con harina y agua, son los más cercanos a lo que se podría considerar como un pan sano”, indica por su parte la nutricionista Gloria Peña.