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¿Por qué los chilenos comemos tanto pan?
Autor: Comerciante, publicado el
Chile se ubica en el segundo lugar mundial en su consumo, con 96 kilos como promedio al año por habitante.
La relación entre el pan y el ser humano se remonta a miles de años, con el inicio de la agricultura.
Con el paso del tiempo, la elaboración del pan se fue extendiendo por el mundo y cada zona contaba con sus propias variantes. La revolucióin industrial llevó a una masificación en la elaboración de pan.
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En la actualidad, el pan sigue siendo uno de los productos más consumidos a nivel mundial, y Chile se ubica en el segundo lugar del mundo en su consumo, con 96 kilos como promedio al año por habitante.
Lo anterior, pese a que desde la Federación Chilena de Industriales Panaderos (Fechipan) apuntan que “el consumo de pan está disminuyendo desde mediados del siglo XIX en los países en desarrollo”.
Uno de los motivos principales por los que el pan es tan consumido en Chile tiene que ver con que el cultivo del trigo se dio de manera muy fácil en Chile, lo que hizo que formara parte esencial de la dieta nacional.
“Era fácil sembrar, moler y hacer pan”, plantea la docente de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad Central, Claudia Narbona.
Un alimento muy versátil
En la actualidad se trata de un alimento que se puede acompañar con muchos otros productos tanto dulces como salados, y que además es económico y accesible para la mayoría de las personas.
Cada barrio en el país cuenta con un local donde se vende pan y productos para el desayuno y la once.
Se trata de un alimento que proporciona saciedad, lo que explica su presencia permanente en las cuatro comidas de los hogares en Chile, explica la nutricionista.
A las ventajas mencionadas antes se debe sumar la comodidad de llevar el pan y consumirlo a cualquier hora del día, ya sea en la casa, el colegio, el trabajo o en un paseo.
En resumen, según plantea Narbona, el alto consumo de pan está asociado a tradiciones familiares, donde siempre se ha consumido pan al desayuno, almuerzo, once y comida. E incluso en las colaciones.