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Compruebe los mitos y verdades detrás de las pastas

Autor: Comerciante, publicado el

Una de sus características importantes es la versatilidad y variedad de formas que se puede conseguir.

Las pastas o fideos, según el reglamento sanitario de los alimentos son productos constituidos por mezclas de sémolas de trigo y/o harina con agua potable, no fermentadas, sin cocción y que han sido sometidas a un proceso de desecación a la cual podrán adicionarse huevos, hortalizas y otros ingredientes y aditivos autorizados.

Así lo explica la académica de la Escuela de Nutrición y Dietética de la Universidad de Las Américas, Evelyn Sánchez, entrevistada por Comerciante.

Para su elaboración, a nivel industrial, se seleccionan los trigos idóneos, los cuales son separados de contaminantes físicos y limpiados exhaustivamente en procesos automatizados. Luego, el grano es molido para generar la semolina, la cual posteriormente se mezcla con agua y otros ingredientes específicos para dar lugar a la masa. Ésta es sometida a presiones muy altas para producir una amplia gama de diferentes formas de pasta, las que luego son secadas por varias horas hasta terminar su proceso y volver a las condiciones atmosféricas normales en cámaras especiales. En general, las pastas están listas cuando tienen una humedad del 12% aproximadamente al momento de envasar y empaquetar.

Una característica importante de las pastas es la versatilidad y variedad de formas que se puede conseguir. Aunque toda pasta se produce básicamente con las mismas materias primas, el producto final puede moldearse y adquirir su propia forma y consecuente utilidad culinaria.

Una alternativa para identificar las variedades de pastas es primero dividirlas en frescas o secas. Posteriormente clasificarlas según características como su longitud y tamaño, colores y formas, textura, relleno, uso o el tipo de harina que llevan, etc.

Largas, cortas y rellenas

En este sentido y de manera simplificada se encuentran:

Pastas largas: spaghetti (alargados y con sección circular); tallarines (similares a los espaguetis, pero con sección rectangular o plana, sus medidas oscilan los 7 mm y 8 mm de ancho), fetuccini (pasta alargada y plana de 6 mm de ancho) y capellini (cabellos de ángel alargados de sección circular, pero muy delgados).

Pastas cortas: macarrones (con forma de tubo estrecho, ligeramente curvo o recto); ñoquis (pasta de puré de papas y harina, con forma ovalada); farfalle (con forma de mariposa y bordes dentados).

Pastas rellenas: ravioli (forma de paquetito cuadrado), los tortellini (con forma de rollito anudado dentro del cual se incluye un relleno de carne u otros ingredientes).

Pastas especiales: sin gluten, con verduras, bajas en hidratos de carbono, etc.

Un alimento es considerado no perecible cuando no se deteriora fácilmente frente a la exposición a factores como la humedad y temperatura ambiente, por lo general contienen menos cantidad de agua y son procesados para tal fin, como es el caso de las pastas, las cuales en general, se consideran deterioradas luego de periodos prolongados de tiempo, o una vez que se ponen en contacto con algún contaminante físico y/o biológico o cuando empiezan su descomposición una vez cocinados. Para mantener esta cualidad, deben ser almacenadas siguiendo las instrucciones, es decir en lugares frescos y secos.