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La importancia de la leche en los primeros años de vida

Autor: Comerciante, publicado el

La proteína animal de la leche materna, conocida como caseína, favorece la absorción del calcio en el período de crecimiento.

“La leche materna es el primer alimento y el más adecuado, porque aporta todos los macro y micronutrientes necesarios para el desarrollo humano, la hidratación y el apego con la madre, lo que genera vínculos para toda la vida”, explica de entrada Paolo Castro cuando se le pregunta por la importancia de la leche en la alimentación de un bebé durante los primeros años de vida.

Cuenta que durante los dos primeros años de vida la alimentación “puede modular la epigenética, que es una ventana de oportunidad que expresa los genes saludables de las personas, y este sentido este alimento es un factor protector”, detalla el académico de la carrera de Nutrición y Dietética de la Universidad Central.

Además, precisa que si los bebés nacieron de parto natural “tendrán microorganismos favorables y únicos que fortalecen el sistema inmunológico, situación que no sucede con el parto por cesaría”.

Castro destaca que la proteína animal de la leche materna, conocida como caseína, “favorece la absorción del calcio, que permite que el rápido crecimiento de los primeros meses sea adecuado con una matriz ósea de una densidad deseable”.

Leche materna vs. leche de fórmula

Respecto de cuál es la diferencia entre la leche materna y la leche de fórmula para los bebés, el docente explica que “la diferencia principal es que, si bien la leche de fórmula es una innovación alimentaria que ha ido mejorando con el paso de los años, intentando adecuarse a las características de la leche materna, no alcanza ni alcanzará los beneficios holísticos de la leche humana, que sin lugar a dudas es superior”.

El profesional apunta que la alimentación complementaria se inicia aproximadamente a los seis meses de edad. No obstante, “un producto lácteo que no sea leche debiese recién aparecer cuando el niño (a) se incorpora a la alimentación familiar; es decir, desde los 2 años de edad en adelante”.

“Sin embargo, se debe cautelar que este alimento no sea un producto que contenga azúcares agregados, puesto que esto provoca riesgo de caries dentales, obesidad, entre otros”, complementa.